Fernando de Magallanes, de profesión, navegante, de condición, migrante
Fernando de Magallanes es recordado como el explorador que inició la primera circunnavegación del mundo, en una expedición española financiada por Carlos I. Pese a ser conocido por esta hazaña pocos saben que su condición de migrante lo acompañó y marcó toda su vida.
Magallanes comenzó su carrera militar al servicio de la corona portuguesa, participando en diversas expediciones en India y el sudeste asiático. A pesar de su experiencia y lealtad, su país no le otorgó el reconocimiento que esperaba. Portugal le negó ascensos y privilegios, y cuando solicitó apoyo para una nueva expedición, fue rechazado, lo que le llevo a buscar apoyo en España, iniciando así su exilio voluntario.
Magallanes destacó rápidamente como un hábil navegante con dotes de liderazgo tras su llegada a España, lo que le permitió obtener el respaldo de Carlos I para su expedición hacia las Islas Molucas, conocidas como las Islas de las Especias. Sin embargo, su condición de extranjero en una posición de poder generó desconfianza y resentimiento entre los oficiales y marinos españoles. Esta tensión desembocó en el motín de Patagonia, donde varios capitanes intentaron derrocarlo. Magallanes logró sofocar la rebelión, pero aquel episodio evidenció que nunca fue plenamente aceptado en su país de adopción.
Existe un consenso entre los historiadores en que el viaje de Magallanes constituye una de las mayores hazañas de la historia de la humanidad, debido a su extrema dificultad, la navegación hacia lo desconocido y la duración de la travesía.
Sin embargo, el objetivo de la expedición era demostrar que las Islas Molucas estaban en territorio español y no portugués, según los límites establecidos por el Tratado de Tordesillas. La expedición logró alcanzar su destino pero Magallanes descubrió que estaban en el territorio que correspondía a Portugal. Tras años de sacrificio, su gran hazaña parecía destinada a beneficiar a la nación que lo había rechazado. Poco después de este descubrimiento, Magallanes murió a manos de guerreros locales en una batalla absurda que, más que un enfrentamiento estratégico, pareció un acto suicida. Algunos historiadores interpretan su muerte como un acto de orgullo y obstinación. Sin embargo, también puede verse como la culminación de un viaje de desarraigo y el colapso de su identidad.
Pese a ser el hombre que había liderado la expedición más difícil de la historia de la humanidad, eso no era suficiente para Magallanes, a quien el hecho de que sus cálculos le hubieran fallado le pareció un motivo suficiente para no querer volver. No es descartable que sufriera del síndrome del impostor.
Tras su muerte, ni Portugal ni España lo reconocieron plenamente. En su país de origen, fue visto como un traidor que había servido a una corona rival. En España, su hazaña fue eclipsada por Juan Sebastián Elcano, de origen español, quien completó la circunnavegación y se llevó el reconocimiento oficial. Mientras Elcano fue honrado y reconocido, Magallanes quedó relegado a una figura secundaria en la historia de la exploración española.
La vida de Fernando de Magallanes es la de un migrante en busca de reconocimiento y pertenencia. No encontró un hogar en Portugal, tampoco en España, y finalmente murió en tierra lejana sin poder reclamar el éxito de su expedición. Su historia refleja el destino de muchos migrantes: una lucha constante por el reconocimiento, el peso de la desconfianza y, en última instancia, la dificultad de encontrar un lugar al que sentir como su hogar.
Si os interesa la vida de Magallanes os recomendamos el documental “Magallanes, la primera vuelta al mundo”.
En otro orden de cosas, seguimos ampliado en el curso de Psicología de la Migración Mentes Migrantes con los temas que nos vais pidiendo. Este fin de semana hemos añadido un nuevo tema: Vejez y migración.
También vamos ampliando la sección Testimonios con las opiniones de los alumnos que han completado el curso. Agradecemos de corazón que nos las enviéis, ya que nos animan a seguir adelante con nuestro trabajo.
Que tengáis una buena semana.
El equipo de Mentes Migrantes